La Grande Motte

La Grande Motte,
como ninguna otra

Pocas ciudades pueden presumir de una identidad arquitectónica tan homogénea como la cautivadora Grande Motte. Concebida como una obra de arte, fruto de la imaginación de Jean Balladur, arquitecto visionario y creador del Hotel Le Quetzal, la Grande Motte se identifica a primera vista y esta singularidad contribuye a su influencia. Pero detrás de sus simbólicas fachadas, inspiradas en las pirámides precolombinas, hay también -sobre todo- una ciudad con un corazón que late con fuerza desde el primer hasta el último día del año, una ciudad verde, abierta y acogedora, una ciudad soleada y dinámica orientada hacia el Mediterráneo y los mil y un placeres náuticos que ofrece. Ven a conocer la Grande Motte, una ciudad como ninguna otra.

Ciudad de naturaleza

Inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial del siglo XX, la Grande Motte no solo tiene una arquitectura visionaria, sino que también es pionera en su inversión en ecología y en el respeto por la biodiversidad. Los espacios verdes, los parterres de flores, la vegetación exuberante, los árboles y arbustos están presentes en cada rincón y marcan ese aspecto sudamericano tan buscado por su diseñador.

  • El 70 % del territorio está ocupado por zonas verdes y naturales
  • Un proyecto científico para la restauración de los fondos marinos del Mediterráneo
  • 25 km de carriles de tráfico lento
  • Un compromiso para salvar a las tortugas del Mediterráneo
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Ciudad de ocio

Restaurantes, talasoterapia, golf, tenis, espectáculos y entretenimiento en el nuevo casino (conciertos, obras de teatro, torneo de póquer) o simplemente en la playa (7 km de arena fina a tu disposición): en la Grande Motte, el ocio es el rey, tanto deportivo como cultural. La ciudad alberga acontecimientos ineludibles, como Les Nuits d’Or y sus fuegos piromelódicos, Les Nuits de Scène y sus conciertos al aire libre, espectáculos al aire libre, los carnavales y muchas otras sorpresas. Son tantas las ocasiones festivas y los momentos únicos para compartir con la familia, los amigos… O todos juntos.

Ciudad náutica

Bordeada por el Mar Mediterráneo y el Étang du Ponant, La Grande Motte es el templo de todos los placeres del agua. Pesca, buceo, vela, deportes de deslizamiento, yate… La diversidad de la oferta, así como la calidad de sus instalaciones, contribuyen en particular a la fama de la ciudad y a su reputación en materia de deportes náuticos.

  • Un Centro Náutico, el CEM (Centre d’Entraînement en Méditerranée) para aprender a hacer regatas oceánicas, uno de los pocos puertos en proceso de ampliación, un club de yates muy activo, el renombre mundial de los catamaranes de ultramar,
  • Una variada oferta de ocio y deportes acuáticos: kite surf, stand up paddle, remo, vela, motos de agua, etc.
  • Grandes eventos náuticos: Salón Náutico Internacional de Multicascos…

Ciudad gastronómica

En La Grande Motte, los gourmets y los amantes de la buena comida están de enhorabuena. Restaurantes tradicionales que ofrecen muchas especialidades, restaurantes de playa, vinotecas, bares de tapas, creperías, heladerías, etc. Todos los deseos culinarios se cumplirán en un ambiente increíblemente relajado y agradable.

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